lunes, 23 de mayo de 2011

UNA OLA AMARILLA INUNDA GASTEIZ

En Álava, la Junta Electoral Provincial también había prohibido la manifestación denominada Ola Amarilla, convocada por la tarde en la Plaza Bilbao. De hecho, el movimiento Democracia Real Ya se desvinculó de la convocatoria respondiendo a esta decisión, aunque ello no impidió que los indignados salieron a la calle.
Lo hicieron simplemente para dar una vuelta. Así se acordó horas antes a través de Facebook, entre los miles de seguidores que tiene este movimiento en la capital alavesa. "No vamos a ninguna manifestación. Vamos a dar un paseo por la plaza Bilbao", comentaba Jorge López en esta red social. "Hace un día estupendo, habrá que acercarse hasta la plaza a dar un paseíllo", escribía Angélika minutos antes de que diera comienzo la marcha.

Puntuales, centenares de personas se amontonaban en la citada plaza para iniciar un paseo reivindicativo, pero en silencio. La Ertzaintza ya había advertido que ante cualquier consigna, ante cualquier pronunciamiento que pudiera servir para movilizar el voto, se verían obligados a intervenir, por lo que la gente se limitó a caminar.

Así, una marea amarilla -los convocantes habían pedido que la gente acudiera vestida con algún elemento de este color- atravesó la calle Francia por una de sus aceras. También caminaron por Paz y luego por Postas, respetando los semáforos y sin invadir la carretera, pese a que cada vez eran más los que se iban sumando al paseo.

Una vez en la plaza de la Virgen Blanca, que ya se ha convertido en el epicentro del movimiento 15-M en Vitoria, los que desde la noche del viernes permanecen allí acampados les recibieron con un sonoro aplauso, aunque sin abrir la boca para no interferir en la jornada de reflexión. De cerca vigilaba una pequeña dotación de la Ertzaintza, que no tardó en abandonar la plaza en vista de que la concentración estaba discurriendo con normalidad.

Sólo las pancartas, en las que se podían leer frases como No nos darán la razón, pero no nos quitarán la palabra, Reflexiona o No tenemos nada que perder, sólo un mundo que ganar sintetizaban la razón por la que más de un millar de personas se acabaron concentrando en la céntrica plaza, en la que esta noche también permanecerán acampados quienes buscan una solución a la crisis económica y política.