martes, 3 de abril de 2012

Ellos son los que llevan capucha, ellos son ahora los terroristas


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Ha sido un final de semana intenso en Gasteiz. Los incidentes acontecidos el jueves 29 de marzo, día de huelga general que se saldó con varios detenidos y un herido de gravedad debido a cargas y actuaciones desproporcionadas e indiscriminadas de la ertzaintza. Xuban Nafarrete, joven gasteiztarra que participaba a primera hora en los piquetes estudiantiles resultó herido de gravedad cuando agentes de la ertzaintza cargaron. Los hechos no se han aclarado, ya que la versión oficial parece un cuento para niños tras escuchar a varios testigos explicar lo ocurrido. Estamos hablando de que la policia autónoma propició una paliza brutal a un manifestante disparándole además una bola de goma a bocajarro y dejándole tendido en el suelo tras meterle propaganda en la boca. Ingresó en el hospital con un traumatismo craneoencefálico. Y Rodolfo Ares en vez de admitir los hechos, dimitir y depurar responsabilidades abre una cortina de humo con la ayuda de los medios de comunicación. Al día siguiente fue convocada una concentración en solidaridad a Xuban en la plaza de la Virgen Blanca. Fui testigo de estas escenas que aparecen en la segunda mitad del siguiente vídeo. Juzgad vosotros mismos. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza durante el tiempo que estuve allí. Algunos pensamientos, os puedo asegurar que realmente fuertes, muy lejos de mi forma de pensar. Pero sobre todo, no puedo comprender como los agentes no llevaban placa ni identificación a la vista. Tampoco entiendo como quitaron una tarjeta de memoria de su cámara a una compañera. Sentí odio, ganas de venganza, ganas de llorar y sobre todo impotencia. Sí, me sentí impotente, por que no veía a hombres detrás de esos uniformes negros, veía a maquinas programadas para matar. Lo noté en los ojos llenos de odio que se escondían detrás de las capuchas. Y en sus sus gestos provocadores y su actitud prepotente. Y aún sabiendo que esa actuación les quita toda legitimidad (si es que les quedaba alguna) el abuso de poder que ejercieron ese día estaba aprobado por el Departamento de Interior. Paradójicamente, horas antes desde el Parlamento Vasco se aprobaba una ponencia de convivencia… Venga ya, ¿a quién quieren engañar?