lunes, 19 de marzo de 2012

Matices??? Cada vez se os ve mas el plumero...

Gasteiz Antifaxista
Hace un par de días, en el "Diario de Noticias de Alava" del domingo concretamente, se publico este articulo sobre la simbologia franquista en Araba. En este articulo se expone un curioso informe que el Gobierno Vasco encargo para recabar información sobre la simbologia franquista en Araba, en el que se dice que "no todo se debe etiquetar como exaltaciones fascistas", "no todo es blanco y negro" o la pregunta absurda de " ¿Tienen connotaciones fascistas los nombres Portal de Villarreal, Plaza de España y Paso del Duende?" cuando antes de ese párrafo explican ellos mismos la relación de estos nombres con el franquismo. Aparte se intenta hacer a nuestro modo de ver una defensa velada de dichos elementos fascistas. Que a estas alturas se este intentando vender la moto no solo nos parece humillante para las victimas de 40 años de dictadura, nos parece vergonzante que se intente hacer revisionismo histórico  desde uno de los periódicos de mayor tirada en Gasteiz. Os dejamos aquí el articulo para que podáis leerlo y no nos acusen de manipuladores y todas esas falacias e las que están acostumbrados a que se nos acuse:

Los matices de la memoria

EL ESTUDIO SOBRE LOS SÍMBOLOS FRANQUISTAS EN EUSKADI PONE SOBRE LA MESA UN CATÁLOGO DE ELEMENTOS MARCADO POR SU HETEROGENEIDAD
CUANDO el Parlamento Vasco encargó al Gobierno de Lakua un estudio sobre los símbolos franquistas en Euskadi, con el fin de decidir qué hacer con ellos, seguramente a la mayoría de los implicados en la iniciativa les venían a la mente las placas del Instituto Nacional de la Vivienda con el yugo y las flechas, además de alguna cruz de piedra perdida en mitad del campo. Sin embargo, tras siete meses de bucear en archivos municipales y de patearse calles de barrios obreros, iglesias, cementerios y caminos rurales, los historiadores Aitor González de Langarica y Virginia López de Maturana, de la firma Área Audiovisual, encargada de elaborar el catálogo, han parido un exhaustivo trabajo que refleja una realidad mucho más compleja y matizada que la que en principio se podía intuir.
De hecho, los historiadores han reseñado en su informe un listado de símbolos -nombres de calles, placas en fachadas, cruces, mausoleos- que de una u otra manera están relacionados con el franquismo, pero que no necesariamente suponen exaltaciones fascistas, u homenajes a criminales de guerra e ideólogos del totalitarismo, que también los hay, y buena parte de ellos nativos del lugar donde se colocó su placa.
Prueba de que en materia de simbología franquista no todo es blanco o negro, es la calle Navarra de buena parte de los municipios vascos. Muchos ciudadanos desconocen que estas vías no se llamaban así por un ansia de hermanamiento entre los territorios de Euskal Herria, sino en memoria de los soldados forales que entraron a sangre y fuego a poner orden en lasprovincias traidoras -no es el caso, por ejemplo, de la calle Navarra de Vitoria-.
O, yéndonos a la capital alavesa, no mucha gente sabe que antes de la Guerra Civil el Portal de Villarreal se llamaba Portal de Urbina, y que si se le cambió de nombre no fue porque la vía apunte directamente hacia la bella localidad hoy más conocida como Legutio, sino porque allí los franquistas frenaron la primera y única ofensiva a gran escala del Ejército Vasco. O que la Plaza de España cambió de nombre tras la sublevación, después de haberse llamado plaza de la República y Plaza de Alfonso XIII. O que el Paso del Duende recuerda a Norberto Mendoza, fabricante de vallas publicitarias que firmaba con el seudónimo de El duende del Campillo sus artículos en El Pensamiento Alavés -donde defendió con ardor que se construyera un puente para salvar las vías del tren- y que fue teniente de alcalde con Franco. ¿Tienen connotaciones fascistas los nombres Portal de Villarreal, Plaza de España y Paso del Duende? A la comisión formada por el Gobierno Vasco y Eudel le tocará resolver tan espinosa cuestión.
Eso por un lado. Por otro hay casos como el de la cruz de Olárizu, donde se grabaron los nombres de varios sacerdotes muertos en acción, pero también fusilados por el bando republicano -aunque los curas no escaparon al paredón ni en una retaguardia ni en la otra- que en algunos casos profesaban idearios conservadores o monárquicos, y que de franquistas tenían poco porque murieron al inicio de la guerra, cuando el diminuto general ferrolano aún no había tomado el mando de los ejércitos sublevados y mucho menos había instaurado la dictadura.
O casos como el de Ramiro de Maeztu, intelectual vitoriano que pasó del socialismo al tradicionalismo y se convirtió en máximo adalid de la Hispanidad y en opositor a la República, para ser fusilado a finales del 36. Maeztu tiene calle en Vitoria y, como tantos otros, fue objeto de apropiación por parte de un régimen que también hizo suya la figura de Zumalacárregui, general carlista muerto un siglo antes del 18 de julio del 36. Franco se ganó para su bando incluso a los propios Reyes Católicos, cuya enseña utilizó para fabricarse un escudo -que se puede contemplar en el interior de la Catedral Nueva o en la fachada del antiguo palacio de Justicia- cuyo único elemento original del régimen, no tomado prestado de glorias pasadas, es el famosoUna, grande y libre, como explica González de Langarica.
En el trabajo realizado por estos historiadores se da cuenta además de todo el callejero inaugurado en tiempos de Franco en memoria de antiguos cargos políticos del régimen -Luis María Uriarte, Gregorio Altube, José María Díaz de Mendívil-, personajes a los que en algunas ocasiones se les dedicó la placa por razones ajenas a su mayor o menor adhesión a los principios del Movimiento Nacional. Fue el caso de Vicente Abreu, a quien que pese a ser gobernador militar de Álava y presidente de la Diputación con Franco se le puso calle en los pintores de San Martín por ser prestigioso dibujante. Como señala el estudio de Área Audiovisual, el Ayuntamiento franquista de Vitoria le dedicó la calle a Abreu el mismo día en que hizo lo propio con el exalcalde republicano y preso por sus ideas Tomás Alfaro Fournier, y también lo hizo por su habilidad a los pinceles.
La comisión interinstitucional que decidirá el destino de todas estas muestras históricas deberá valorar diferentes parámetros a la hora de derribar, retirar a un museo o conservar con una explicación añadida cada uno de estos elementos. Algunas piezas son una pura y dura exaltación totalitaria, como la placa que en Laguardia recuerda a Luis Rabanera, y carecen de valor artístico o histórico, como la cruz colocada junto a la carretera que da acceso a Legutio en honor a la División Navarra que luchó en la zona. No ocurre así, por ejemplo, con la placa que en Fontecha demuestra la presencia de tropas italianas fascistas en territorio alavés, y que adquiere por ello carácter de documento histórico, como señala el estudio.
También tiene valor histórico la cruz que en Ondarroa recuerda con nombre, apellido y categoría (la mayoría fueron voluntarios requetés) a los vecinos de la localidad marinera fallecidos en elBaleares, crucero hundido por la República en la batalla de Palos y cuyas víctimas pasaron a engrosar la lista de mártires de la Cruzada. Hay más tipologías, desde el punto de vista de su futuro destino, dentro del catálogo de símbolos franquistas. Si se quitan según qué placas singularmente aparatosas, puede venirse abajo una pared entera.
MATICES?? QUE MATICES??
IKUR FAXISTAK ARABATIK KANPORA!